lunes, 1 de febrero de 2021

No hay que callar.


Cuando estaba en 8 año básico.
Volvio un familiar que trabajaba en el norte en la fruta, pero en el casino que tenían.
Pero como no tenia donde quedarse le ofrecieron quedarse en la casa de mi abuela paterna, así ella tendría compañía ya que vivía sola.
De primera todo normal, el compartí con mis padres y aveces me parecía más esas vecinas buenas para el pelambre.
Pero más que eso no le tomaba interés, un día el comenzó a traer dulces.
Aveces me decía ven y a escondidas me daba bombones.
Uno a esa edad si cae en el juego de recibir dulces, no nos damos cuenta que puede llegar a ser algo malo.
Después de un tiempo, el intentaba tocarme.
Por ejemplo, mis padres salian de la cocina a la pieza o al patio por algo y el intentaba rosarme, o pasar su mano serca de mi.
Eso me molestaba pero no ise nada, hasta que empezó  a ser más graba y a tocarme de manera indebida.
Cuando le dije que le diría a mis padres el me dijo que si yo llegaba a hablar, el dañaría a mi madre.
Bueno, me asuste. Tenía 12 o 13 años en ese entonces, no era como ahora  que las niñas ya saben de todo más en el campo. Que la gente era más reservada.
Pasaron meses y un día le dije a mi madre, pero nada cambio.
Hubieron situaciones evidentes que mi padre se percato y no iso nada.
Solo reto a mi madre a solas pero de hay nada.
Si hubiera sido yo la madre de una niña en mi situación que Dios me perdone pero seria capas de muchas cosas, los padres deben proteger a sus hijos.
La situación siguió así por un largo tiempo, yo estaba 🤢🤮 asqueada, no quería que se me hasercara, que me hablara. 
Un día no pude más, y me defendí.
Yo estaba en la cocina, parada detrás de una silla. Cuando esta persona bien por detrás y me toca de manera pervertida, sobando sus partes sobre mi, no pude más.
Tome la primero que vi en la mesa y me defendí.

Solo sentí la piel al abrirse, le había enterrado un cuchillo en el hombro.
Ese sonido no se iba, lo escuchaba repetirse, salí corriendo y me sente en un árbol a metros de mi casa.
Llore hasta no poder más, tenia miedo de volver a casa.
Cuando volví, escuche a escondidas una conversación de mi tía a mi abuela diciendo que yo solo había hecho eso de mala que era.
En el consultorio el dijo que yo lo agredi sin razón, pero no fue a carabineros.
Como una niña de 13 agradecía a un hombre de más de 60 años por nada.
Mi padre llamo al hermano de esta persona para decir lo que había pasado, me tuve que sentar hay a escuchar lo que decían.
En ningún momento me sentí apoyada, o protegida.
Lo peor es que después de todo lo ocurrido no lo he charol de la casa y el quiso seguir en lo mismo, pero a diferencia de antes el me temia.

Me fui al liceo, por lo que no estaba en casa toda la semana, a los meses comencé a salir con un chico.
Pero en mi cumpleaños, en la pequeña celebración que isieron este caballero se pudo celoso y comenzó a dar patadas a las paredes.
Aveces pensaba que apesar de que ya no intentara tocarme no podría alejarme por completo de esa situación.
Pero ya han pasado los años estoy seria de los 30 y ese sonido, como esos recuerdos siguen hay.
Ase años que el ya murió, por enfermedad y sus años, pero aun esos recuerdos me molestan.
Quisiera dejarlos ir, pero hay cosas que tal vez nunca podamos olvidar.
Pero tal vez si superarlas y compartirlas.
No estamos solas, en mis años e conocido varios casos de abuso, de niñas por parte de familiares.

No hay que callar, total  hay veces que nos querrán escuchar o nos dirán que es mentira y somos malas personas.
Pero no importa que los demás nos vean como malas personas mientras no sigan ejerciendo ese poder abusivo sobre nosotras.
No hay que quedarse calladas.
Seamos niñas o niños.

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